Ayer St. Patrick's Running Club volvió a participar al completo en una prueba. Tres meses han pasado desde que en la Hiri Krosa de Bilbao Monti y yo corriéramos juntos en la misma prueba. Ocho carreras después, volvimos a enfundarnos la elástica del club para quemar el asfalto de la Santurce a Bilbao. Juntos pero no revueltos.
Como veis en la foto, entramos de la mano en meta. Podía no haber sido así. Monti pudo darme matarile durante la prueba, pero era día de celebración y no tocaba. Desde el avituallamiento de Zorroza, empecé a flojear y Monti decidió acompañarme hasta meta en vez de tirar millas. Sin duda habría bajado de un par de minutos el tiempo final de 1h11'. ¡Y eso que estaba algo tocado y no al 100%! No cabe duda de que los trails le están dando poderes sobrehumanos a Monti. A este paso voy a acabar pecando muy pronto. Be sinner, my friend.
Los amigos de St. Patrick's no fallaron a la cita del club. Una vez más coincidimos con Asier de Korrikazaleak con el que nos saludamos antes de la prueba. También tomo parte Mikel, un amigo mío que no quiso perder la oportunidad de sacarse una foto con el club. Fuimos los primeros kilómetros juntos y luego siguió a su ritmo para llegar a meta tan sólo 1 minuto después de nosotros. ¡Gran carrera! Y como no podía ser de otra forma, la fan nº1 volvió a deleitarnos con su vestido de arrantzale. En realidad sólo corremos esta carrera todos los años por eso. Es secundario que nos saque fotos a nuestro paso, nos anime hasta quedarse afónica y que se emocione cuando nos ve llegar a meta. El nombre de fan nº1 se le queda pequeño.
Nos vemos corriendo