Hoy he recuperado mis mejores sensaciones. Cuando digo mejores sensaciones me refiero a salir de fiesta y carrera. Y cuando digo salir de fiesta y carrera me refiero a "triathlon". ¡Hace ya un mes que no lo hacía! Esta mañana he completado la Milla de Getxo. Esta carrera ya es una fija en el calendario de St. Patrick's. Es más, el año pasado el club se estreno de manera oficial con esta prueba. Esta vez, sólo he participado yo. Monti sigue con su plan de preparación para su primer gran reto de la temporada: Anboto Bertikala. Yo en ese sentido soy más perezoso. No estoy hecho para seguir una tabla de entrenamiento. Soy más de entrenar cuando me apetece. La planificación es cosa de Monti. Por eso nos comprenetramos tanto. Él es la sal y yo soy la pimienta. Siempre picante.
Mi participación en la milla ha dejado mucho que desear. 6'10" ha sido mi tiempo, veinte segundos peor que el año pasado. Ni siquiera los ánimos de la fan nº1 con sus pompones me hizo lograr una mejor marca. Simplemente no estoy tan en forma como estaba hace un año. El hacer este tiempo no hace más que motivarme para ponerme las pilas y estar a tope para la siguiente carrera. Estáis avisados, ¡Lo voy a petar!
Durante la prueba me he llevado una grata sorpresa. Como ves en la imagen, había un participante que iba tirando de un familiar discapacitado para completar la prueba juntos. Mi más sincero aplauso. Esta hazaña me ha hecho recordar una aún mucho mayor, pero igual de memorable. Dale al play:
Nos vemos corriendo
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